sábado, 29 de junio de 2013

UNA EXPERIENCIA DE LAS QUE NUNCA SE OLVIDAN…

Escribo esta nueva entrada para contaros una de las experiencias, que sin duda alguna, estoy segura que no voy a olvidar. Estoy hablando de una experiencia que ha supuesto mucho trabajo, esfuerzo y constancia a lo largo de casi 4 meses, pero que tal y como esperaba, los resultados y los frutos obtenidos, han sido fascinantes.

Un duro trabajo en equipo...

La primera vez que se nos informó que teníamos que hacer un musical, diseñar el escenario, los disfraces, las canciones,… y después representarlo delante del público infantil, me supuso un gran mar de dudas, ya que pensaba que no sería capaz, pero ahora una vez vivida la experiencia, puedo confirmar que sí. Como dice un refrán: 

"Lo que parece imposible se vuelve posible al intentarlo"

Situémonos en los últimos días de preparativos, concretamente en los últimos días del mes de mayo antes del 30 y el 31, es decir, antes del ensayo y la exposición final al público. De estos últimos días, sólo puedo recordar nervios, estrés, últimas perfecciones, pero con muchas ganas de mostrar delante de la gente lo que todo el resto de mis compañeras y yo somos capaces de hacer, así como todo lo que hemos aprendido.

Llega el día 30, día del ensayo general. Me encuentro muy nerviosa y motivada a la vez. Es el primer día que vamos al Diario de Ibiza para representar nuestra obra como si fuera la de la gran final, delante de nuestras compañeras. Tengo decidido que el disfraz me lo pondré en el vestuario, pero decido ir algo vestida desde mi casa, para que después no haya falta de tiempo para la preparación del escenario. Tengo muchos temores: que se nos haya olvidado parte de la decoración del escenario y que ésta no se adapte bien, que alguna de mis compañeras o a mí misma se nos olvide parte del guión, las canciones o la coreografía, que la voz no se proyecte bien,...

También temo las dimensiones del escenario, el cual me lo imagino realmente grande. Eso no obstante, cuando entro en la sala de representación, rápidamente los temores quedan atrás. La sala es más bien pequeña y acogedora, lo suficientemente amplia, pero muy apta, desde mi perspectiva, para hacer mi primera representación teatral delante de público al cual muchas de las personas que lo conforman, no las conozco.

Una vez dentro, con ayuda del profesor, empezamos a planificar cómo hacer los cambios de escenario en el menor tiempo posible, entre una y otra representación teatral. La verdad que es un poco difícil planificar el cómo, pero al final conseguimos buscar la mejor forma. Simplemente cada componente del grupo se tiene que ocupar de poner y quitar una parte del decorado, con la mayor agilidad posible, para que se pueda dar paso a la siguiente representación.

Empiezan los primeros grupos a hacer su primer ensayo encima del escenario. Mis compañeras del grupo y yo, estamos realmente nerviosas, pero nos empezamos a tranquilizar al ver que el resto de compañeras se lo están pasando realmente bien encima del escenario. Llega nuestro turno, y cuando ya estamos allí, da la sensación de ser alguien importante, con algo destacado a representar para el resto de personas. Por mi cuerpo, así como en el resto de compañeras de mi grupo, pasan muchos nervios (y hasta me falta la respiración), pero también muchas sensaciones positivas y agradables. Al fin, la compañía “3, 2, 1, acció!” consigue hacer su primer ensayo (el de “La transformació de l’eruga”) de forma realmente satisfactoria, dando así por finalizados los posibles temores que habían surgido previamente. Con este primer ensayo, me encuentro realmente preparada para mostrarlo delante del público infantil, familiares y amigos al día siguiente.

Llega el día 31, la gran final, un día que nunca olvidaré. El día anterior ya habíamos hecho los ensayos, por lo que este día ya está todo mucho más claro. Ahora sólo hace falta mucho valor y optimismo, para transmitir nuestra historia al resto del público, y especialmente, al público infantil, el cual lo vive como si se encontrase en el propio mundo de la historia.

Entra una gran cantidad de público en la sala, habrá mucha expectación, por lo que los nervios se incrementan, pero la motivación y las ganas de hacerlo bien, también. Empiezan los primeros grupos a representar y todo sale genial, sobre ruedas. Al fin toca la historia de los insectos, la nuestra, y la experiencia que se siente al estar encima del escenario con tanta gente, es fascinante. Todo nos sale perfecto, y nuestra aventura encima del escenario se puede considerar efímera. En poco tiempo, tenemos nuestra obra representada. La hemos vivido con rapidez, pero con intensidad de emociones, y los motivos que lo explican es que nos lo hemos pasado realmente bien, tanto, que ni siquiera nos hemos dado cuenta que ya hemos terminado.

Terminan todas las obras teatrales, y tanto mis compañeras como yo misma, nos sentimos con más ganas de más. En mi caso, no tengo duda de que si tengo la oportunidad de volver a subir encima de un escenario, no me lo pensaré. Subir encima de un escenario no es fácil, y se necesita mucho trabajo, pero lo que se siente ahí encima es tanto, que se vuelven a tener ganas de revivir.

Aquí podéis ver partes de nuestra experiencia, la cual espero que os guste:

Mi grupo: La mariposa, la hormiga (yo), la mariquita, la araña, la oruga y la abeja

                                           Todas las componentes de la obra de teatro...


                                             Salimos en el Diario de Ibiza... ¡Qué emoción! 

                           
                            "La transformació de l'eruga" en vídeo...

Por último, únicamente decir, que si no hubiera sido por el trabajo conjunto con el resto de mis compañeras, la ayuda de mi profesor Toni y mi profesora Carmen, y gracias a la ayuda del Diario de Ibiza, esta experiencia inolvidable, no hubiera sido posible. ¡Muchísimas gracias!

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