Parándome
a pensar durante unos instantes, me he dado cuenta que muchos de nosotros no le
damos la importancia que especialmente se merece el mundo del arte, de la
creatividad, de la pintura y el de dejar volar libremente la imaginación para
expresar algo que proviene del propio interior.
http://www.flickr.com/photos/martius/5158431151/
Creo
que muchas veces nos limitamos a crear, pero sin pensar que hay detrás de aquella
creación. En otras, nuestra tendencia se basa en imitar unos modelos, ya que
creemos que no servimos para dibujar, o que no tenemos imaginación ni espíritu
creativo. Sin embargo, he podido llegar a la conclusión que hay que perder el
miedo y que cada uno debe creer en sus propias capacidades. Esto ha sido
posible, gracias a los distintos dibujos y creaciones que he ido haciendo a lo
largo de la asignatura de plástica, y a medida de ir reflexionando sobre ellos.
Gracias a éstos, he podido entrar en un mundo de creatividad muy significativo,
y con una premisa muy clara:
"Para
vivir una vida creativa debemos aprender a perder el miedo a equivocarnos"
Joseph C. Pearce
Éste es uno de los
aspectos principales que he aprendido a lo largo de la asignatura de plástica
(entre muchos otros), y con el cual me he basado para hacer las distintas
actividades artísticas, de las que especialmente me gustaría destacar dos. Las
dos láminas que voy a explicar ahora me han resultado muy significativas para
mi propio aprendizaje (además de interesantes y muy motivadoras), y son unas de
las que especialmente me han hecho perder el miedo a equivocarme cuando dibujo.
Antes tenía miedo de que no me saliera la creación artística (tal y como
deseaba desde un primer momento), o pensaba que algunos dibujos no los podría
realizar ya que no tenía las dotes artísticas necesarias para ello, pero esta
perspectiva ha cambiado. ¿Por qué tener miedo a mostrar la creatividad que cada
uno tiene en su interior?
LÁMINA: EXPERIMENTACIÓN CON TINTA
CHINA
Una de las láminas que
me ha gustado mucho ha consistido en lo siguiente: coger una lámina en blanco y
dividirla en 16 cuadritos, para posteriormente, a través de empapar con tinta
china distintos materiales con diferentes texturas, lograr múltiples estampados
e imprentas, como si de huellas se tratasen, y sin repetir ninguna en cada
cuadro.
Debo decir que en un
primer momento, cuando la profesora nos pidió esta tarea, estaba bastante
desorientada, aunque motivada a la vez. Sí que es verdad que había oído hablar
de la tinta china, pero nunca la había utilizado, por lo que me encontraba
bastante perdida, pero al mismo tiempo con mucho interés y curiosidad. Por lo
tanto, era una lámina que me provocaba miedo por si no la realizaba bien, pero
que a la vez me incitaba a aprender a perder el miedo a equivocarme, y a poner
en marcha todas mis capacidades y dotes artísticas.
Para poder crear
distintos estampados busqué por mi casa todo tipo de materiales: trocitos de
tela de distinta textura, madejas de lana, cordones, algodón, esponjas,
bayetas, hilo, papel higiénico, servilletas, cartón, estropajos,… cualquier
material por muy simple que pareciese me era de gran utilidad, hasta con el
mismo pincel de empapar con tinta china podía crear distintas “huellas”. Eso
sí, tenía claro el material que quería, pero no sabía muy bien la cantidad,
pero esto último tampoco me supuso ningún problema.
En cambio, lo que sí
que me supuso un poco más de dificultad, fue entender cómo crear las huellas
con tinta china a partir del material que había buscado. En un principio fue
bastante caótico. Empapaba el pincel con tinta china, después el material
escogido, y obtenía una y otra vez como resultado una gran mancha negra. No lo
entendía. A algunas compañeras no les pasaba.
Voy a poner un ejemplo.
Imaginemos que en el suelo se ha derramado chocolate caliente, no la vemos, la
pisamos con la huella de los zapatos, y después vemos por toda la casa estampas
que recrean la suela del zapato. La lámina que teníamos que realizar venía a
ser esto, pero yo no entendía qué provocaba que me saliese una gran mancha
negra, y no la textura del material.
http://www.flickr.com/photos/anarey/6980463907/
Después de reflexionar
un rato me di cuenta que si había mucha tinta, lo mejor era coger otra hoja y
exprimir y escurrir la cantidad de tinta, dando pequeños golpecitos con el
material, hasta que quedase el nivel de tinta deseado para crear la huella. Por
fin lo había logrado entender. La mejor opción se encontraba en poner la tinta
justa y necesaria en cada material, para después, a través de ligeros
toquecitos, plasmar su huella en la lámina.
Una vez entendido, el
uso de la tinta china me pareció fascinante y maravilloso, una gran oportunidad
para desarrollar mi capacidad creativa a partir de un nuevo material que nunca
había utilizado. ¿El resultado? Una creación artística con unos resultados
espectaculares, y fuente de un gran aprendizaje.
LÁMINA: EXPERIMENTACIÓN CON
TEMPERAS
Otra lámina que también
me ha gustado mucho, y que me ha parecido muy significativa y enriquecedora,
además de hacerme sentir como si volviera a la infancia (pero una infancia que
no tiene miedo a experimentar), ha consistido en lo siguiente: coger una lámina
en blanco, dividirla en 25 espacios, y a partir de únicamente tres colores
(amarillo, magenta y azul cyan), rellenar cada espacio con un color diferente,
surgido de la combinación de los tres mencionados.
Debo decir que la idea
de realizar esta lámina me pareció fascinante. Ya de pequeña me había gustado
mucho pintar con temperas, pero no había sido capaz de crear más de 8 o 9
colores diferentes, a partir de combinarlos entre ellos. Por eso, hacer esta lámina
ahora, me suponía un reto muy importante para mí.
Desde siempre, el
simple hecho de coger un pincel y empaparlo con tinta de color me ha parecido
maravilloso, y me hace transcurrir en mí una serie de sensaciones positivas que
son difíciles de explicar. Pintar con temperas sobre una hoja me transmite
bienestar, calma y mucha relajación, al igual que cuando escucho música (motivo
por el cual he realizado esta lámina con compañía de ésta última). Me alivia el
estrés. Creo que vivimos en un mundo demasiado acelerado, donde muchas veces el
tiempo nos domina. Por ello, veo necesario dedicar pequeños espacios de tiempo
a realizar actividades de este tipo, con las cuales, a través de la expresión artística,
cada uno puede demostrar sus propios sentimientos más profundos. Además, des
del punto de vista de maestra de educación infantil, también veo muy adecuado
que los niños realicen actividades de este tipo. Muchas veces limitamos su
creatividad, y si dejamos que jueguen y experimenten libremente con las
temperas y sus distintas combinaciones de color, podemos lograr que aprendan,
se relajen y disfruten.
Cuando empecé a realizar
esta lámina de la que estoy haciendo mención, el primer pensamiento que me vino
a la cabeza es: únicamente tengo tres colores, ¿cómo voy a lograr tantas
tonalidades distintas? No voy a poder. Pero esta actividad me supuso de nuevo
otra oportunidad para aprender a perder el miedo a equivocarme. Simplemente se
trataba de ir mezclando colores, sin miedo: amarillo con azul para crear verde,
azul con magenta para crear morado, magenta y amarillo para crear naranja,
naranja con verde, morado con,… y así constantemente. A partir de aquí
descubrí, que son muchas las combinaciones que se pueden hacer, y muchas las tonalidades
que se pueden obtener (más de las que yo imaginaba).
¿El resultado? Una lámina llena de colores, y una gran oportunidad para el desarrollo de la creatividad y la imaginación.
¿El resultado? Una lámina llena de colores, y una gran oportunidad para el desarrollo de la creatividad y la imaginación.
Por lo tanto, estas dos
láminas que he terminado de explicar me han supuesto una gran oportunidad para
mi propio aprendizaje y para el desarrollo de mi espíritu creativo. Eso no
obstante, ninguna de las otras láminas que he realizado a lo largo de la
asignatura de plástica se ha quedado atrás. Todas y cada una de ellas me han
supuesto un verdadero aprendizaje y una posibilidad más para la reflexión, ya
que muchas veces creamos, pero no sabemos lo que creamos. Aquí podéis ver
algunos ejemplos de otras láminas que he realizado:
Para finalizar,
únicamente decir que la asignatura de plástica en general me ha supuesto una
experiencia muy positiva, a la cual estoy muy agradecida, y sin la cual no me
podría haber dado cuenta de esto:
“Sin
el arte la vida sería un error"
Friederich
Nietzsche
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